sábado, 2 de octubre de 2010

NO AL GOLPE EN ECUADOR

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, volvió a recalcar en su habitual discurso de los sábados que "no habrá olvido ni perdón" para quienes se sublevaron en su contra en la revuelta sucedida hace dos días y resaltó que esta semana fue la “más triste de su gobierno”. Correa agradeció a la gente que se volcó a las calles y, también, a las fuerzas especiales del ejército y de la policía que estuvieron atentos para defenderlo al igual que los que “cumplieron con su deber”. “Agradezco a quienes se jugaron la vida por mí, a los que salieron a salvar al presidente. Porque a mí me quisieron matar”, señaló. Correa pidió un minuto de silencio "por los cuatro fallecidos en esta trágica semana" para la historia nacional. También agradeció a los gobiernos locales y el respaldo internacional. Correa recordó que durante la crisis fallecieron un soldado, un estudiante y dos policías. Asimismo, indicó que un miembro de un grupo de operaciones especiales del Ejército está en estado crítico y "tiene muerte cerebral". Sin embargo, el ministerio de Salud ecuatoriano da cuenta de ocho muertos durante los disturbios: tres muertos en Quito y otros cinco en la ciudad costera de Guayaquil, informó la cartera en un comunicado la pasada noche. "Además existen decenas de soldados y policías heridos", dijo al señalar que en su rescate participaron unos 600 elementos de fuerzas especiales. Los cálculos dan cuenta de 193 heridos. Correa reiteró que lo ocurrido el pasado jueves fue un intento de desestabilizacin a su administración y luego intentaron atentar contra la vida del presidente. El presidente ecuatoriano arremetió contra los policías sublevados: “No merecen llamarse policías", afirmó aunque pidió a la sociedad que "sigan respaldando" al resto de la fuerza a pesar de que sólo una minoría "ha destrozado la confianza" en esa fuerza. Además informó que hay un soldado en muy grave estado.“¿Cómo pudieron hacerle esto a la Patria?”, preguntó Correa mientras relató pormenores de la jornada. Correa, quien trabajó en la casa de gobierno acordonada por soldados con fusiles, responsabilizó del complot al ex presidente Lucio Gutiérrez, un coronel en retiro del Ejército depuesto en 2005. Desde Brasil, Gutiérrez rechazó cualquier influencia o responsabilidad en la sublevación.
Demas esta decir que me opongo terminantemente a cualquier intento de golpe de estado en cualquier parte del mundo. Es necesario, de una vez por todas solucionar los asuntos a travez del dialogo politico y la union de los pueblos.

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